El pasado 6 de diciembre, la Autoridad Nacional de Competencia de Francia (L´Autorité de la Concurrence) ha impuesto multas por más de 189 millones de euros a seis de los mayores fabricantes de electrodomésticos por haber infringido el artículo 101 apartado 1º del TFUE y el artículo L 420-1 del Código de Comercio francés. Los fabricantes multados hicieron recomendaciones para incrementar los precios a los minoristas, mediante pactos en las “reglas en los precios” en un número elevado de productos electrodomésticos que fabrican, en reuniones clandestinas entre 2006 y 2009 en restaurantes en Paris y en descansos de reuniones oficiales de la Asociación de Comerciantes GIFAM.
La infracción también abarca pactos adoptados en mayo del 2009 relativos a un cambio en las condiciones establecidas para los instaladores de cocinas y sus modelos de exhibición. Las empresas sancionadas son: en primer lugar, la más grande de Francia, BSH (marcas de los productos afectados: Bosch, Siemens, Viva, Neff); Candy Hoover (marcas de los productos afectados: Candy, Hoover, Rosières), Electrolux (marcas de los productos afectados: Electrolux, Arthut Martin, AEG), Indesit2 (marcas de los productos afectados: Indesit, Ariston, Scholtes), Whirlpool (marca de los productos afectados: Whirlpool) y Eberthardt Frères (distribuidor de Liebherr Brand).
Las conductas sancionadas afectaron a los siguientes productos: neveras, congeladores, lavadoras, secadoras, lavavajillas, hornos, cocinas tanto incorporadas como separadas, vendidas por minoristas especializados, tiendas de barrio, supermercados, ventas a distancia o mediante instaladores de cocinas.
Ninguna de las empresas ha impugnado ni negado los hechos, por lo que se han beneficiado de una reducción de la multa. De hecho, BSH se acogió al programa de clemencia y aportó información adicional a la investigación de la Autoridad Nacional de Competencia de Francia, por lo que, se le añade una reducción inicial por su contribución a la investigación.
De acuerdo con la nota de prensa de la Autoridad Nacional de Competencia de Francia, la Dirección General para la Competencia, los Derechos de los consumidores y el Control del Fraude (Directorate General for Competition Policy, Consumer Affairs and Fraud Control) aportó pruebas al procedimiento que han podido ser completadas por la Autoridad Nacional de Competencia de Francia, entre las que destacan notas escritas a mano, presentaciones, documentos y tablas obtenidas durante inspecciones domiciliarias realizadas en las oficinas de las empresas sancionadas
Se destaca que en este sector viene siendo una práctica habitual la recomendación de precios (Recommended Retail Prices) que los fabricantes hacen a los minoristas para la venta de sus productos a los consumidores. No obstante, estas recomendaciones tienen que estar basadas en estimaciones psicológicas, especialmente en sus productos más populares, incluyendo aquellos más básicos. Estas estimaciones se ofrecen siempre con precios por debajo de los productos pero haciendo referencia a los “precios tope” o precios más elevados (Price peaks) de ese sector. Las “reglas en los precios” que estos fabricantes pactaron para sus distribuidores, tuvieron un impacto automático en los precios de compra ya que ningún aumento en los precios recomendados a minoristas debía incrementar el precio base (teniendo en cuenta que el precio que los distribuidores calculaban sobre el precio de compra se hacía de conformidad con las tasas predeterminadas por cada fabricante de cada uno de sus productos). Los pactos sobre el incremento de precios se ejecutaron en tres fases. Según la nota de prensa, la primera fase, comenzó tras la reunión de los directores de las empresas para definir el esquema del incremento de precios con los directores de marketing de las mismas para su puesta en la práctica. En la segunda fase, se volvieron a reunir para finalizar el establecimiento de condiciones en el incremento de precios y su control o monitorización. Los detalles de la tercera fase se ultimaron por teléfono.
En definitiva, la Autoridad Nacional de Competencia de Francia ha querido multar y frenar este cartel a gran escala que se producía en toda Francia. Un cártel de precios que afectaba al 70 % de la cuota de mercado en el año 2012 de acuerdo al tamaño de estos fabricantes y las marcas renombradas de los productos afectados (cit. supra). Ha afectado, en primer lugar, a los distribuidores (no obstante, el efecto de este cártel se vio mitigado por el poder de negociación y la irrupción en este mercado concreto, de distribuidores asiáticos como Samsung y LG). En segundo lugar, como es obvio a los derechos de los consumidores, entre ellos, al reducir su derecho a elegir entre los diferentes productos en el mercado en base a su calidad precio y no ver distorsionado su comportamiento económico por precios fijados de forma artificial.
FUENTE : Nota de prensa de la Autorité de la Concurrence de la Republique Française.
Texto completo en francés de la decisión del 5 de diciembre de 2018 de la Autorité de la Concurrence