El 27 de febrero de 2014, la AGCM (Autoridad de Competencia Italiana) resolvió que Roche y Novartis habían participado en un acuerdo restrictivo de la competencia, que afecta al mercado de medicamentos para el tratamiento de patologías graves vasculares de visión. La sanción impuesta a los dos grupos ascendió a más de 180 millones de Euros.
Entre las enfermedades analizadas destaca la degeneración macular senil como principal causa de ceguera en los países industrializados. Sólo en Italia hay en riesgo un millón de personas. De acuerdo con la Autoridad de Competencia Italiana, una de las posibles consecuencias del cartel era una mayor dificultad en la posibilidad de tratamiento para muchos pacientes y un aumento en el gasto del Sistema Nacional de Salud que se estima solo en 2012 en 45 millones de euros, con posibilidad de que estos costes asciendan hasta más de 600 millones de euros al año.
La investigación se inició en febrero de 2013 después de recibir los informes de Aiudapds, una asociación de clínicas privadas, y de la Sociedad SOI-Società Oftalmologica Italiana (Sociedad Italiana de Oftalmología): en el procedimiento han solicitado y obtenido la participación de la Región Emilia -Romagna y la Asociación de consumidores Altroconsumo.
A partir de la documentación obtenida, gracias a la colaboración del Gruppo Antitrust del Nucleo Speciale Tutela Mercati della Guardia di Finanza (Grupo de Defensa de Competencia de la Unidad Especial de Protección de Mercado), se demostró que las empresas matrices Roche y Novartis, a través de las filiales italianas, estaban llevando a cabo desde el año 2011 una diferenciación concertada de los fármacos Avastin y Lucentis, presentando al primero como más peligroso que el segundo, y por tanto, estaban condicionando las decisiones de los médicos y del servicio sanitario.
Avastin es un producto que se ha registrado para el tratamiento de cáncer, pero a partir del año 2000 se ha utilizado en todo el mundo para el tratamiento de patologías oculares vasculares muy difusas. Lucentis es un medicamento basado en una molécula muy similar a la de Avastin, pero fue registrada (en los EE.UU. por Genentech y por Novartis en el resto del mundo) para enfermedades de la vista hasta entonces tratadas con Avastin. La diferencia de costes por inyección es significativa: Avastin tiene un coste de hasta 81 euros, mientras que el coste de Lucentis es actualmente de aproximadamente unos 900 euros (anteriormente, sin embargo, el coste excedía de los 1.700 euros).
Lucentis, Roche y Novartis decidieron poner en marcha una estrategia colusoria compleja dado el riesgo de que las aplicaciones oftálmológicas de Avastin, que se venden a un precio bastante inferior, impidieran el desarrollo comercial de sus productos al ser mucho más caros. Este acuerdo tenía como objetivo generar entre los médicos y entre el público en general, el temor sobre la seguridad de los productos vendidos por Avastin. Estas actividades continuaron e incluso se intensificaron cuando una serie de estudios comparativos independientes, y por lo tanto no controlados por las empresas infractoras, demostraron la equivalencia de los dos fármacos.
La conducta de las empresas encuentra su explicación en las relaciones económicas entre los grupos Roche y Novartis: Roche tiene interés en aumentar las ventas de Lucentis porque a través de su filial Genentech – con quien desarrolló ambos medicamentos – puede obtener royalties de Novartis. Este último, por su parte, además de ganar por el aumento de las ventas de Lucentis, tiene una participación significativa en Roche de más del 30%. Sin embargo, no se ha hecho responsable a la sociedad californiana Genentech, empresa controlada por Roche.
En vista de la especial gravedad de la infracción, la Autoridad de Competencia italiana ha impuesto una multa al grupo Novartis de 92 millones de euros y al grupo Roche de 90,5 millones de euros, sumando un total de más de 180 millones de euros.
Fuente:AGCM