La Autoridad de Competencia de Hungría ha multado a 11 bancos húngaros por la coordinación de sus prácticas empresariales. La finalidad de esta coordinación era tratar de mitigar las pérdidas resultantes del prepago preferencial de los créditos comerciales a finales de 2012. La suma agregada de la multa es de 9.48 Billones HUF (aproximadamente 32 Millones de Euros). Esta multa es la más alta que se ha impuesto hasta la fecha en Hungría en un solo caso.
El expediente sancionador tiene su origen en una iniciativa del 2012 del Gobierno Húngaro, según la cual los bancos comerciales estaban obligados a aceptar la cancelación previa de los créditos de consumo fijados en moneda extranjera (predominantemente en CHF) en Florines Húngaros, calculados con tasas fijas de conversión que fueron sustancialmente mejores que las disponibles en el mercado en ese momento.
Anteriormente, cuando la tasa de cambio del Florín húngaro era significativamente más fuerte vis-á-vis con una moneda extranjera, este tipo de préstamos de consumo era muy popular en el mercado de los consumidores húngaros. Sin embargo, la crisis económica mundial del 2008 contribuyó a la significativa depreciación del tipo de cambio del Florín Húngaro. En 2009, las cuotas de amortización mensuales (que eran pagaderas en Florines Húngaros equivalentes a la moneda extranjera en la que se denominó el préstamo) se incrementaron drásticamente. Como consecuencia, la iniciativa del Gobierno en relación con la cancelación de estos préstamos a un tipo de cambio en HUF muy beneficioso dio como resultado enormes pérdidas para los bancos.
De acuerdo con la Autoridad de Competencia, los bancos, para tratar de mitigar las pérdidas, establecieron un plan conjunto con el fin de coordinar su comportamiento en el mercado. De esta manera, pretendían retirar el atractivo de la transacción de prepago. Su plan, en opinión de la Autoridad de Competencia, conllevaba tanto medidas de coordinación para hacer dicho prepago más complicado y oneroso, como el intercambio de información relativa a los clientes afectados por el prepago.
Los representantes de los bancos se reunían regularmente en el curso de una serie de «desayunos de riesgo menor» que se utilizaron como foro informal para la coordinación ilegal. Todas estas medidas resultan en una concertación ilícita destinada a restringir significativamente la competencia económica en el mercado pertinente, en detrimento de los intereses de los consumidores.
Fuente: Reuters