La Comisión europea está investigando las actividades de Western Union en Europa de cara a determinar si los acuerdos entre sus agentes pueden ser considerados anticompetitivos. Más en concreto, se está tratando de establecer si los contratos de exclusividad firmados por Western Union con los puntos de venta infringen la normativa de competencia.
De igual manera, también se están analizando las afirmaciones de que los bancos accedieron a cerrar las cuentas de algunos proveedores de transferencia de dinero más pequeñas; para lo cual alegaron preocupaciones sobre la posibilidad de que el dinero depositado pudiera estar relacionado con el tráfico de drogas o el terrorismo. Los problemas de competencia pueden surgir porque, sin una cuenta en Europa, las pequeñas empresas de remesas no pueden ofrecer sus servicios de tránsito monetario a través del sistema bancario.
Esta no es la primera vez que Western Union es investigada. Hace una década el Department of Justice estadounidense cerró una investigación, sin encontrar ninguna conducta ilícita, sobre si los contratos exclusivos de la compañía con agentes minoristas dañaban a la competencia en Estados Unidos o en el mercado internacional de servicios de transferencia de dinero.
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